Desde
Wanda, una pequeña localidad forestal, turística y minera del departamento de
Iguazú, en la provincia de Misiones, Argentina, es posible llegar en muy corto
tiempo a la triple frontera entre este país, Paraguay y Brasil -es decir, a las famosas Cataratas de Iguazú-, utilizando para
ello la Ruta Nacional No. 12. Por este camino, a las seis y treinta de la
tarde del jueves 21 de mayo de 2009, el matrimonio conformado por Francisco
Rebollo, de 54 años, y Mirta Otto, de 50, caminaba en dirección a Wanda momentos después de haber cruzado el puente sobre el
arroyo Tupí Cuá; y al mismo tiempo, viajando por la misma carretera y también hacia el norte, un chico de 17 años llamado Sergio Koreder se abalanzaba a gran velocidad en su
bicicleta Zenith (rodado 26) sobre la pareja, y al alcanzarla, golpeó a
Francisco Rebollo por la espalda de tal forma que
le ocasionó múltiples escoriaciones por arrastre debido a que lo proyectó contra el piso de la carretera y la banquina (arcén). Francisco, yacente y con el cráneo destrozado -sufrió pérdida de masa encefálica y una profusa hemorragia cerebral, como si lo hubiera atropellado un auto-, murió en instantes frente a la mirada horrorizada de su mujer.
le ocasionó múltiples escoriaciones por arrastre debido a que lo proyectó contra el piso de la carretera y la banquina (arcén). Francisco, yacente y con el cráneo destrozado -sufrió pérdida de masa encefálica y una profusa hemorragia cerebral, como si lo hubiera atropellado un auto-, murió en instantes frente a la mirada horrorizada de su mujer.