Una parte de la rúa Pedro Américo, en el barrio de Catete, en la Zona Sur de Río de Janeiro, es una pronunciada y estrecha bajada que apenas se abre justo en el lugar donde José Gomez Lopez, un hombre de 70 años, fue atropellado por una bicicleta que se había quedado sin frenos, cerca de las 23 horas del 4 de febrero de 2011. Con el terrible impacto, José voló sobre un auto Honda estacionado y fue a caer de a unos tres metros del lugar donde se encontraba. Murió en cuanto su cabeza se estrelló contra el empedrado. Al parecer, según un sobrino de la víctima -que no fue testigo-, el ciclista Francisco Luiz Araújo Júnior, de 36 años, se desplazaba calle abajo gritando que no podía frenar,pero quizá debido a la edad, José, un humilde
cuidador de autos que regresaba a su casa después de trabajar, no fue capaz de esquivar el vehículo de dos ruedas que descendía a una velocidad vertiginosa mientras, a su vez, él ascendia la empinada cuesta por la que se llega a la favela Morro Santo Amaro.
cuidador de autos que regresaba a su casa después de trabajar, no fue capaz de esquivar el vehículo de dos ruedas que descendía a una velocidad vertiginosa mientras, a su vez, él ascendia la empinada cuesta por la que se llega a la favela Morro Santo Amaro.
