Tudela, con una población de 35,000 habitantes, es una hermosa ciudad española que hunde sus raíces en las culturas celta y celtíbera, romana, visigoda y musulmana. Se encuentra enclavada a la orilla del emblemático río Ebro, en la Comunidad Foral de Navarra, y es la cabecera de la comarca conocida como la Ribera.
Fue en el casco viejo tudelano, el martes 14 de abril a eso de la 1 de la tarde, que Miguel Ángel Marquina Arellano caminaba por el callejón Carmen Baja al mismo tiempo que, por la perpendicular Zurradores, un hombre en bici viraba a la izquierda en ángulo cerrado en dirección a Miguel. Justo antes, el ciclista había tenido a la vista en el muro con que topa la calle el letrero que avisa que, a partir de allí, la zona es de uso peatonal y solo se permiten en ella los vehículos de los vecinos. Lanzado de espaldas al suelo con gran fuerza -hecho por el que se puede inferir que la velocidad del ciclista era alta-, el maltrecho cuerpo de Miguel, quien padecía una insuficiencia visual, abandonó la postura vertical para siempre en esa estrecha calle de adoquines.