Después de atropellarla, declararon a la policía que no la vieron, como si ella hubiera hecho gala de un poder de invisibilidad justo en el momento equivocado, como si sus jóvenes capacidades perceptuales bloqueadas por la mezcla de irresponsabilidad y diversión en que cabalgaban fuera un mágico y poderoso atenuante no solo frente a la policía, sino ante sí mismos, urgentemente ante sí mismos.
El mayor, de 20 años, pedaleaba desde el asiento, mientras el otro, de apenas 15, viajaba en el manubrio reduciendo al mínimo el ángulo de visión del conductor. No se sabe si él que la hacía de mascarón de proa alcanzó a gritarle una postrera advertencia al que impulsaba el veloz viaje o a la dama que emprendería uno muy distinto y sin retorno, en un paso peatonal, poco antes de las dos de la tarde del 18 de septiembre de 2007, y la cual difícilmente sospecharía que al acercarse a la plaza caería sobre ella y su vieja sombra, en un destello luminoso, una ola definitiva de carne joven y duro metal. Allí, por fin, la vieron bien los jóvenes: frente a sus ojos grandes como platos tenían postrada en el pavimento, mortalmente golpeada, a una anciana que a sus 87 años podría pasar como su abuela o su bisabuela en una fiesta sin disfraces.
El mayor, de 20 años, pedaleaba desde el asiento, mientras el otro, de apenas 15, viajaba en el manubrio reduciendo al mínimo el ángulo de visión del conductor. No se sabe si él que la hacía de mascarón de proa alcanzó a gritarle una postrera advertencia al que impulsaba el veloz viaje o a la dama que emprendería uno muy distinto y sin retorno, en un paso peatonal, poco antes de las dos de la tarde del 18 de septiembre de 2007, y la cual difícilmente sospecharía que al acercarse a la plaza caería sobre ella y su vieja sombra, en un destello luminoso, una ola definitiva de carne joven y duro metal. Allí, por fin, la vieron bien los jóvenes: frente a sus ojos grandes como platos tenían postrada en el pavimento, mortalmente golpeada, a una anciana que a sus 87 años podría pasar como su abuela o su bisabuela en una fiesta sin disfraces.
El terrible drama aconteció cerca de la
Place des Trois-Horloges, en Melún, departamento de Sena y Marne,
que forma parte del conglomerado parisino. La mujer, una pensionada, falleció en un hospital a poco de lo ocurrido, pero su conciencia quizá lo hizo desde el primer momento, desde el impacto brutal que la privó de los dos y medio días que restaban para que terminara el último verano de su vida.
Place des Trois Horloges, en Melún Francia, donde
fue atropellada la anciana por dos jovenes en bicicleta.
Imagen de Google Earth.
Place des Trois Horloges (Plaza de los Tres Relojes),
sobre la calle Édouard Branly.
Fuentes utilizadas:
Renversée
par un vélo, elle décède
Communauté
d'Agglomération Melun Val de Seine
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